La investigación fue llevada al cabo por un grupo de científicos de diversos hospitales y centros de investigación de Cataluña, encabezados por los doctores Álvaro Carbayo y Ricard Rojas, del Grupo de Enfermedades Neuromusculares del Instituto Sant Pau, en colaboración con los doctores Sergi Borrego-Écija y Ellen Gelpi, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).
El estudio, publicado en la revista “Brain”, revela las conexiones entre la ELA, una enfermedad que afecta a las neuronas motoras, y la demencia frontotemporal, caracterizada por problemas cognitivos y conductuales.
“Los resultados indican que ambas enfermedades muestran un espectro clínico, genético y patológico común, aunque muy heterogéneo”, explicó Rojas.
Así, hasta el 50 por ciento de los pacientes con enfermedad de neurona motora (ELA) desarrollan síntomas cognitivo conductuales en algún momento (demencia frontotemporal). Además, se comprobó que el 35.5 por ciento de los casos de ELA estudiados presentaba características patológicas de demencia frontotemporal.
Las dos enfermedades comparten mayoritariamente la agregación patológica de la proteína TDP-43, algo que solo se puede comprobar con muestras extraídas del cerebro y la médula de las personas afectadas una vez que han fallecido.
La investigación constató que esta proteína estaba presente en un 93.6 por ciento de los casos de ELA, y era más extensa en aquéllos con la coexistencia patológica de demencia frontotemporal.
Estos resultados ponen de relieve la importancia de la colaboración interdisciplinaria entre los profesionales y las unidades de ELA y demencia frontotemporal.